Antes de regalar una mascota estas navidades ¡piénsalo dos veces!

Los animales de compañía son un socorrido regalo tanto para niños como para adultos. No obstante, debemos tener en cuenta si estamos dispuestos a acatar las obligaciones que supone una adopción.

Al margen de los aspectos morales negativos, que conlleva faltar a nuestras obligaciones en relación con este tema, en Bernabeu Borreguero abogados queremos recordaros los inconvenientes legales que la falta de responsabilidad para con los animales puede suponer.

El 1 de julio de 2015 entró en vigor el nuevo delito contra los animales, recogido en el artículo 337 bis del Código Penal, configurando al abandono animal como parte del tipo de maltrato animal.

De este artículo podemos extraer que cualquier persona que abandone un animal distinto de los que viven en estado salvaje, poniendo en peligro su vida o integridad, será castigado con una pena de multa de uno a seis meses y, además, podrá imponérsele la pena de inhabilitación profesional relacionada con animales y la tenencia de los mismos.

Ahora bien, ¿a qué se refiere el Código Penal cuando utiliza el término abandono? La doctrina entiende que esta norma utiliza el término en cuestión, salvando las distancias, de forma análoga a como lo hace con el abandono familiar.

Por lo tanto, podemos decir que el abandono se da cuando dejamos de cumplir con los deberes de asistencia y sustento que el animal necesita desde el momento en que decidimos que forme parte de nuestras vidas.

En este mismo sentido, y como tema de total actualidad, queremos aludir al estado de progreso en el que se encuentra el derecho animal: el pasado martes el Congreso comenzó las negociaciones para reformar el Código Civil con la finalidad de eliminar la cosificación jurídica de los animales, para que se conviertan en sujetos de Derecho; siendo parte de dichas negociaciones aspectos tales como cuál será el destino del animal si fallece su dueño o su inembargabilidad.

Para finalizar, y haciendo un homenaje al filósofo Kant, diremos que “podemos juzgar el corazón de una persona por el modo en el que trata a los animales”. Independientemente, toda persona que maltrate o abandone a un animal podrá ser juzgada por un tribunal como consecuencia de ello.